viernes, 17 de noviembre de 2017

Refugiados en nuestros mares: Problema ¿Sin solución?

El Mar Mediterráneo se ha convertido en protagonista en los últimos años. Centenares de miles de personas deciden navegar – en condiciones que lejos quedan de los cruceros de lujo – en él con el único objetivo de llegar a pisar tierra europea. Son los refugiados, personas que buscan un refugio, un mejor sitio en donde vivir. Piden asilo, y no siempre lo encuentran.

Estas personas, ante una situación desesperada, y al ver que no existen o que no tienen acceso a canales legales y formales para entrar en Europa, se ven obligado a utilizar otras vías. Las pateras y embarcaciones en malas condiciones se convierten en el único transporte que tienen para cruzar un océano, con lo que nos conlleva.

Son 4 las rutas migratorias que siguen los refugiados para llegar a la frontera mediterránea, área de encuentro entre dos mundos, zona de intersección del mundo entre norte y sur, lugar donde máscercaestán dos realidades opuestas. La ruta de África occidental, la del Mediterráneo occidental, la ruta del Este Mediterráneo y la ruta Central del Mediterráneo. Esta última, es la más transitada y la que más ha crecido.

Refugiados sirios llegando a la isla de Lesbos (Grecia)
Pero… ¿por qué hay refugiados? Y… ¿de dónde vienen? El fenómeno de los refugiados no es nuevo. Siempre ha habido personas que han tenido que marcharse de su país y que han intentado entrar en otro por el Mediterráneo, pero en los últimos años – podríamos poner 2010 como punto de inicio, aunque ya se sabe que no hay una fecha exacta – estas personas se han multiplicado. Por cien, por mil. La guerra que se vive en Siria y la situación inestable que hay en Libia después de la guerra civil que vivió el país son dos de las grandes explicaciones a este hecho. Además, no debemos olvidar que hay flujos ya existentes de personas que vienen de países poco estables con situaciones complejas y gobiernos represivos, como es el caso de Iraq o Afganistán.

Estas personas quieren lo mejor para ellos, para sus familias. Y lo más normal es que decidan ir a países que tengan una política de acogida para refugiados, donde se van a encontrar más protegidos. Es por eso, que la mayoría de estas decidan ir a países del norte y centro de Europa.

Pero, incluso con estas políticas de acogida, hay algo que no funciona. La Unión Europea está  en un debate político constante sobre cómo gestionar la entrada de tantos refugiados. Pero vamos tarde, porque ellos ya están aquí. Y muchos de estos refugiados acaban en centros de internamiento de extranjeros sin una vida digna, como deseaban.

Europa tiene mucho que mejorar, tenemos mucho más por ofrecer, y debemos ofrecerlo. Estamos ante una crisis de refugiados. Debemos ponerle fin.